jueves, 25 de febrero de 2010

GRAVITAR DE LA SELVA

Elsy Alpire Vaca

La selva aquieta sombras en la sábana del monte
En la sombra del monte los silencios se funden con la noche
En aparente calma la selva no descansa, solo cambia sus esencias

Sereno el cielo en sombras de la noche tenebrosa
En cerradas tinieblas brillan las estrellas
Y los misterios se despiertan y andan

Incontables árboles mecen sus ramas y hojas con el viento
Rosas tiemblan al abrir sus pétalos rubí, lirios en botones lloran
Gerundios muestran corolas de marfil, taropes hablan, gotas cantan

Bejucos se columpian cual si fueran enormes y dorados hilos
Derramando largura vigorosa como si fuesen plateadas víboras
Que bajan para besar el suelo haciendo desertar andantes

Sale un ángel de cristal levitando con sus manos blancas
Es media noche en el magnético paraje y de su encanto
Aparecen las miras y las voces negras que susurran al pasar

De misteriosos ojos que brillan en la oscuridad
Hojas verdes que titilan de rocío mirándose al espejo
En el iris de fanales quietos de extendidos lagos con aguas claras

Los jardines naturales se encienden con la aurora
Se alza la doncella misteriosa y busca su destino
La noche que se va muere al nacer del nuevo día

Pupilas irisadas que se abren y salen de sus nidos
De aves soñolientas que acaban de volar
Dejando a sus polluelos la tibieza de sus nidos

Y llueve en los caminos de la estrada siringuera
Esa nueva y flamígera esperanza que vive la floresta
Convierte en río lleno de resinas que impregna a los mortales.

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